viernes, 25 de mayo de 2012

Después de mucho tiempo, vuelves a ser necesario.

Creo que esto lo cambia a uno, creo que acaba con muchas cosas bonitas, uno se llena de rabia y de metas, empieza  darse cuenta de que esta hecha la gente, de que esta hecho uno y se asusta, o al menos yo estoy asustada. Tantos sentimientos negativos en tan poco tiempo, tantos durante tantos días, tantas molestías, será que vale la pena?
Hay muchas cosas que ya no hago, ahora me callo muchas cosas, soy casi un fantasma cuando tengo grandes deseos de serlo, tengo miedo de desaparecer a veces. Tengo miedo de que desaparezcan mis buenos sentimientos, que ya no pueda soprtar a la gente... tengo que tranquilizarme, dejar de perseguir la excelencia, y buscar la integridad que siempre he querido, quiero buscar ser feliz, no hacer a los demás felices conmigo.

sábado, 5 de noviembre de 2011

Hacerse grande

Decidir por tu cuenta usar zapatos en todas partes, cuando disfrutas como nada sentir el piso bajo tu piel. Decidir dedicarle tiempo a lavar ropa, de verdad, para estar presentable... cuando es la tarea más aburrida que existe. Querer ser bueno en todo, querer ser querido y admirado, y hacer cosas para lograrlo, pensar en tu futuro y estudiar de tal forma que sea un futuro brillante, que seas reconocido, que seas el que gane los premios y las becas... todas esas cosas que están tan lejos. Dejar de disfrutar de la comida por pensar en trigliceridos, pensar en lo que me estoy comiendo, en el daño que me estoy haciendo... en mis futuras enfermedades, en mi futuro dolor. Dejar de tomar meriendas... pensar en que me gasto el dinero, en que quiero hacer con él, pensar en ahorrar para algo más grande que placeres mundanos. Ser responsable. Es triste como poco a poco me convierto en madre de mi misma, me regaño y me controlo y reconozco que lo hago porque soy dueña de mi futuro y quiero que sea uno bueno. Es triste tener que crecer y no tener a nadie a quien odiar porque no te deje comer dulces, o dormirte a la hora que te de la gana... es triste ser uno mismo quien termina privándose de aquellas pequeñas cosas que lo hacen feliz, por vivir una vida saludable, por ser un adulto responsable, de uno mismo y de su mundo... es triste tener que pasar a serlo, y que sea una carrera contra ese contrincante siempre invencible, que sea una carrera que ya sé tengo perdida... Ya sé que con el tiempo seré una adulta irremediable y ya no me importarán ni sueños ni utopías, ni ninguna de esas cosas que hace pocos años eran todo para mi vida.

viernes, 28 de octubre de 2011

Hoy tuve ganas de ponerle la mano al metro, me he cansado de esperar a que las cosas pasen.

miércoles, 1 de junio de 2011

Silenciosamente

En la mitad de la noche, en medio de la lluvia, con las gotas rebotando en mi ventana. Con mi piel erizada, con mis dedos temblorosos, con el calor corriendo por mi cuerpo. Es una sensación extraña, nunca antes experimentada, a veces demasiado fuerte para ponerla en palabras. Me mantiene silente, me impide hablar. No creo que sea necesario decirlo, no creo que deba expresarlo, pero si no lo hago seguirán estando allí las ganas de hablar, de tocar, de tener, de besar, de abrazar, de dormir, de mirar, de no separarme un segundo de ti. Es una sensación tan extraña porque la siento muchas veces en un día, pero cada vez se manifiesta de forma diferente. Hay veces en las que siento una angustia mayor, generalizada, un vacío en el estomago insoportable y pensamientos extraños, que no son nada, que no puedo ver, ni oír, ni sentir. Hay otras en las que siento miedo, miedo del futuro y del presente y miedo de mis cambiantes percepciones del pasado. Hay veces en las que quiero comerte a besos, en las que necesito tu calor más que respirar, necesito de tu piel más que comer, en las que necesito de ti, de todo tú, de tus pestañas y de tu voz, de tu olor. Hay otras en las que me siento tan segura a tu lado, en las que siento verdadero cariño, puro y duro, contra ti, como si yo pudiese hacer cualquier cosa por ti, como si no necesitara de nada más, solo quererte y ya, solo quedarme dormida a tu lado, solo mirarte y que me mires, de las mil formas que puedes hacerlo.Hay algunas veces en las que solo quiero hablar contigo, contarte todo, que me conozcas, que sepas quien soy y que me ayude a ser quien soy realmente.Hay otras en las que solo quiero escucharte, conocerte, que me cuentes cuentos e historias charras, que me susurres cosas al oído, que me pierda en tu voz. Hay unas extrañas veces en las que quiero matarte, quiero que sufras, quiero que sientas mi angustia, mi dolor, y te muerdo y te pateo y eso incrementa mi deseo, mis ganas de que estés en mí, de sentirte, en todas esas formas que te siento, y que cada vez son nuevas y atrayentes, nuevas y magnificas. Es extraño, pero todas esas veces, son una mezcla constantemente, y puedo sentirla todo el tiempo, puedo sentir todo el tiempo. Creo que la gente tiene una palabra designada para todo esto, para la magia que creí no existía y contigo he descubierto, creo que siempre le he tenido miedo, pero tal vez deje de hacerlo.

lunes, 9 de mayo de 2011

Lo que grita mi silencio

Es realmente dificil encontrar personas con las cuales entablar relaciones en las que te sientas totalmente comodo, una vez las encuentras es también dificil mantener esa comodidad, mantener el hilo conductor de las cosas. También es dificil encontrar de que hablar todo el tiempo... ultimamente solo expreso silencio, en cada una de mis palabras. No sé, me estoy cansando de repetirme, de ser yo. Quiero ser una yo nueva, con nuevas palabras y nuevos gestos, con un cuerpo y un tono de voz diferente, con metas y decisiones renovadas. Estoy cansada de tener que explicarme, incluso a mi misma mis actos y mis decisiones, estoy cansada de no estar feliz siendo el ser superficial que soy, estoy cansada de que nadie pueda ver lo que en realidad hay adentro, ni siquiera yo. O será que no hay nada? será que simplemente soy un ente más? de esos que se conforman con vivir cada día y tener amigos con quienes hablar( pero nunca se conforman con su numero de amigos), con ganar y con tener un futuro prometedor, por ilogica que suene la combinación. Me asusta sobremanera sentirme conforme con una relación, me asusta pensar en la comodidad, en la felicidad... me asusta lo rica que se puede llegar a sentir, y lo dolorosa que es cuando se va. Me asusta darme cuenta que en realidad yo no entablo relaciones con la gente... sin intentarlo siempre estoy un poco aparte, siempre estoy a la deriva, siempre logro ser un fantasma. Me asusta aún más querer, querer ser, querer tener. Me asusta, de todas las maneras posibles, buenas y malas, depender. Y me asusta mucho más perder las razones para seguir, no querer hacerlo. Y sí, tengo miedo... y ese miedo me paraliza y me hace debil, ese miedo me llena de silencio.

miércoles, 30 de marzo de 2011

Random

Creo que por ahora, es suficiente la felicidad que me brinda, creo que por ahora las sensaciones son suficientes... después, cuando todo termine, habrá tiempo para las racionalizaciones y los reclamos personales, por ahora, me dejaré vivir esto que estoy viviendo, permitiré que esto me cambie y me muestre lo equivocada que puedo llegar a estar, hoy, estoy abierta a toda posibilidad, incluso a la del dolor. Tal vez mañana no siga en la misma posición.

"... espero que te hagas responsable de los cambios que puedas llegar a generar en este ente".

A mí me gusta que me dibujen.

domingo, 13 de marzo de 2011

Yo a usted la quiero tanto, me importa tanto lo que usted piense de mí, que a veces me es incontrolable pensar en todo momento cual sería su opinión. Pero usted se queda callada y no me dice lo que piensa, y oculta sus opiniones y sus juicios... y yo no tengo a nadie más que me diga la verdad. Y yo cambio, cambio cada día, rompo todo lo que alguna vez he construido, acabo conmigo, con mis relaciones, con los demás. Y usted no me dice nada. Dígame, es aquí donde usted y yo nos acostumbramos al silencio? es aquí donde la confianza termina? Dígame... cuando me va a decir todo eso que está pensando? porque a decir verdad, el tiempo se está acabando.

jueves, 10 de marzo de 2011

Sin miedo a tratar de tenerte, sin miedo a entregarte todo, sin miedo a tu piel y a tus instintos, con miedo de los míos, tal vez no pueda regresar, pero es ahora muy común que quiera perderme.

lunes, 28 de febrero de 2011

Looking for money...

Un paseo por Estocolmo

Ya nada tiene sentido. Ni la ropa que llevo puesta ni el color del cielo, ahora todo es confuso. Todo comenzó cuando la tierra dejó de girar y él me miró con esos ojos tiernos que nunca he encontrado de nuevo. Me preguntó cómo me llamaba, de la nada, y yo le di un nombre falso por supuesto. La verdad me encantaba, estaba deslumbrada por su barba preciosa y su cabello desorganizado, pero no pude dejar de notar que cuando se dirigió a mí por primera vez se me hizo cachitos el corazón, seguí hablando con él, ahí en medio de la calle y por extraño que suene acepté tomar algo con él, por qué no?. Se dio cuenta de mi nombre falso y me lo preguntó de nuevo, esta vez si le di el mío. Jade no era un nombre común y cuando lo decía solían preguntarme de dónde venía y todo eso, pero él no dijo nada, siguió preguntándome cosas acerca de mí y yo, embelesada en el tono de su voz, le conté toda mi vida, sin reparar en que no sabía nada de él. Yo tenía una cita, sí, pero no recuerdo en donde. Me invitó a pasear en su automóvil, que estaba cerca, y yo acepté. Increíblemente, no pregunté a dónde íbamos, simplemente continué con mi relato y después de un rato noté que ya no estábamos en la ciudad... Pero no dije nada. Comencé a cantar la canción que pasaban en la radio, a viva voz, como si al segundo en el que terminara nunca más pudiera yo cantar. Paramos en un restaurante, y se bajó, yo lo seguí y nos sentamos a comer. Todo estaba increíble, yo no podía creer lo suave que estaba la carne, lo sabrosas que estaban las papas, lo frío que estaba mi refresco, todo era perfecto, él me contó de su familia, de sus hermanos, de su antigua esposa y de su hija muerta, lloró un poco y me dijo que justo ese día era su aniversario... yo lo sentí tan frágil, tan humano, que sentí conocerlo hacía una vida. Pagó la cuenta y yo lo abracé antes de continuar nuestro viaje. Me dormí un rato, porque los viajes largos me arrullan, y después de un rato sentí su barba en mi cara, me besó en la mejilla y me dijo que ya habíamos llegado. Estábamos en la playa, yo nunca había ido, a pesar de vivir cerca, me tomó de la mano y yo me puse a llorar al ver el mar, me sentí tan pequeña y tan débil... después salí corriendo hacia él, y me sumergí en el agua y sentí su fuerza golpeándome y lloré de nuevo, pero ahora de felicidad, nunca lo había hecho. Él me llamó en la orilla y me secó con una toalla, estaba amaneciendo y hacía frío, nos acostamos en la playa a ver como salía el sol, y yo veía las nubes, los elefantes rosados, los conejos y los duendes, veía como se formaban corazones llenitos y como se destruían, veía las flores que volaban y los pájaros reales y de nube, y lloraba y reía, porque nunca había sido tan feliz, ahí abrazada a ese hombre misterioso. Dormí un rato porque estaba cansada y luego cuando desperté me invitó a comer un helado... a las 7 de la mañana. Estaba delicioso y yo le hablaba y le contaba todos mis miedos e infortunios, le contaba de mi madre desaparecida y de mi hermana loca, de mis soledades y de mis amigos... Le cantaba mis canciones. Y él me miraba como anonadado, como si no creyera que yo estaba ahí, y es que yo tampoco lo hacía. Me contó que le temía mucho a la muerte, pero que la esperaba resignado, todos los días tomando una copa de vino en el balcón de su casa. Y yo lo besé y él me beso. Era perfecto, mi vestido blanco manchado de arena, sus brazos fuertes y su aroma a tierra, mi pequeña figura en medio de su masculinidad. Regresamos al coche y yo le dije que quería entrar al agua de nuevo, que no había estado allí lo suficiente, pero todo cambió. Me dijo con vos seca que no, que ya era hora de regresar. Y yo le sonreí, le pedí que entráramos al agua y lo besé, pero me agarró de un brazo y me gritó que entrara al auto.
Yo le hice caso, claro... le dije que no tenía que ser tan agresivo, que si ya era hora de regresar estaba bien, que podía dejarme en el centro... pero me calló de una bofetada. Me llamó pequeña molestia y me dijo que ya vería el castigo que me iba a encontrar una vez llegáramos a casa. Yo me asusté por un rato, no voy a negar que su cambio de actitud me desconcertó un poco, pero luego recordé lo lindo que había sido conmigo en la playa y decidí perdonarlo. Seguí callada todo el trayecto hasta que llegamos a una casa preciosa, llena de enredaderas así como las de las películas, con un jardincito de rosas apenas florecientes y un caminito de piedras hasta la casa. Me pidió que bajara dulcemente y yo le sonreí, porque había vuelto el hombre que yo amaba, sí, aunque lo conociera de sólo ese día. Entramos a la casa y estaba vacía, yo me asusté un poco cuando me dijo que bajara al sótano... Yo no quise y traté de besarle, pero él me empujó y me llevó allí y me encerró y yo no lo podía creer, luego me pateó muy fuerte, y me decía que era mi culpa, que yo no debí haberlo arruinado que era todo mi culpa y luego se puso a llorar como un niño y yo no entendía nada... se detuvo y se agachó a mi lado... y me besó en mi boca llena de sangre... y me pidió perdón por tener que matarme.
En ese instante sonó el timbre y él salió a abrir la puerta, me dijo que esperara que en un momento estaría de vuelta para terminar con mi patética vida... Yo me asusté y pensé en mi hermana, sola y preocupada por su madre y ahora por su hermana, pensé en mis amigos y lo distinta que sería mi vida sin mí... y corrí, y salí de la casa, por delante de él y de su vecina, y corrí hasta llegar a una estación de policía y decir que me habían robado.
Ya han pasado más de dos años y no he podido dar con él, con esa mirada tierna y esos besos abrasadores, que te queman pero que no puedes dejar de recibir y ese amor que no me pudo dar, lo he buscado en todas partes, en la playa y en la calle donde lo conocí, paso noches enteras frente a su casa, pero ahora vive una familia con perro y todo y ni rastro de él, ya mi vida no es nada sin él y si no lo encuentro pronto no creo que pueda seguir viviendo.
Tonta yo que me escapé, que no permití que pasáramos juntos la eternidad, lo amo, y no puedo olvidarle.

miércoles, 16 de febrero de 2011

Medicina con un toque de filosofía


Es extraño como en la espera todo parece cobrar sentido, como en el no saber absolutamente nada llegas a saber todo, como en el conocer llegas a conocerte a ti mismo, como la cantidad de palabras de los demás enriquecen las tuyas, como entiendes tus posiciones a través de las de los demás. Es infinita la cantidad de cosas que me quedan por aprender, son infinitas las veces en las que me sentiré estúpida, en las que me costará más de lo que me siento capaz de dar, en las que sentiré que no soy suficiente. Pero no tengo miedo, no estoy asustada, ni quiero estarlo. Me encanta aprender cosas nuevas cada día, me encanta saber tan poco, que cada cosa nueva me trae un asombro inesperado, disfruto como nadie la academia; estoy donde siempre debí haber estado. Tal vez solo esta parte si sea suficiente y reemplace todo aquello en lo que no me siento cómoda.

La comodidad está increíblemente sobre valorada.

martes, 1 de febrero de 2011

Viéndolo bien, solo buscamos desesperadamente formas de desconectarnos, de retirar de nuestra vida el contacto. Increíblemente no soportamos la idea de interacción humana, nos abruma la conversación inexistente, nos abruma romper las barreras de hielo que existen entre nosotros, las que son creadas por nosotros mismos. Por eso nos hacemos casi adictos a todo aquello que nos permite aislarnos, que nos permite dejar de mirar y escuchar... Detestamos el transporte publico, dormimos mientras lo usamos, dejamos de compartir la música, cada uno viaja con su propia música, es en muchas formas deprimente; nos volvemos entes, que a pesar de su cercanía, estamos muchas veces hacinados en el metro, no se ven, no se escuchan. La verdad más triste de todo esto, es que en el fondo, estamos desesperados por contacto, por relaciones humanas, por relaciones que dejen a un lado nuestras relaciones virtuales, que creamos solo por nuestra imposibilidad de mantener las primeras, por nuestra ineptitud a la hora de querer, pero que no nos llenan, que nos hacen estar cada vez más vacios, y tenemos más relaciones, pero no sabemos mantenerlas, estamos llenos de contactos virtuales, tan parecidos a la realidad que duele increíblemente la pequeña diferencia.

miércoles, 12 de enero de 2011

Siento un olor a carne casi irracional, a carne cruda... llena de sangre. El techo de mi habitación nunca ha estado tan blanco, mis ojos tan abiertos. Nunca he sentido tanto calor, tanta rabia, tanto dolor. Tal vez todo este cambiando, tal vez esto es por lo que he esperado tanto.